El Corazón de Gullveig

El Corazón de Gullveig
"...Tre gånger brände de den tre gånger borna,
ofta, ej sällan, dock ännu hon lever..."


martes, 27 de diciembre de 2011

II.-


Metropolis. Otto Dix. 1928


"...Those greedy eyes don't realize he is someone's son...".


El Gerente General nació en el seno de una familia aristocrática, si es que puede llamarse aristocracia a las familias acomodadas de los pequeños pueblos al borde del mar. Algunas calles del pueblo llevan el apellido de su madre, y seguramente los peones y jornaleros cedían ansiosamente sus sillas a su abuelo materno cuando este entraba en el bar.

Lo que en las grandes ciudades se dispersa, en los pueblos se concentra y se hace aparente. El Gerente General no solo nació aristócrata: se supo aristócrata desde su más temprana edad. El contraste es ineludible en los pueblos pequeños, y él entendió las diferencias desde un inicio. El podría haber llamado "mother" a su madre, en lugar de mami, o mamá. El podría haberlo hecho, pero según él asegura, no lo hizo.

Por amor o por descuido, su madre se casó con su padre. Su padre, de quien todos murmuraban y de quien nunca más se habló. Ese, que añadió un apellido común junto al que llevan las calles del pueblo. Por amor, seguramente, su madre parió a su primer hijo. El Gerente General tiene un hermano mayor. Digo por amor porque probablemente en un inicio hubo algo de amor. Y ese amor perduró lo suficiente como para engendrar al Gerente General, que vino en segundo lugar, justo cuando el amor acabó.

No existen mayores datos sobre los motivos del abandono. No se sabe si el padre huyó cobardemente tras la estela de otras faldas o si la madre era técnicamente insoportable. Lo que si se sabe es que el padre nunca quiso al Gerente General. Y eso se sabe por descarte, porque el padre ya ha muerto y jamas hubo contacto registrado. Y a la hora del entierro, en un acto de sorprendente coherencia, ni el hijo mayor ni el Gerente General concurrieron a dar sus pésames.

Cualquiera que sea la razón, jamás será develada. Algunas veces no es tan preocupante la falta de respuestas, sino la ausencia de preguntas.

Nadie elige las circunstancias en las que viene al mundo, pero si se puede elegir qué hacer a partir de ellas. Y el Gerente General eligió. Lo hizo como pudo, porque no es que haya sido totalmente libre en su elección. Nunca hay opción que ejercitar desde el parámetro cero. Preso de su primer paradoja, la de nacer con cantidad de recursos pero envenenado de marasmo terminal, el intentó desde el principio subsanar esa falta, esa ausencia de todo, ese agujero impecable de nada. El decidió ser imprescindible.

Nadie puede dar aquello de lo que carece, y hacerse imprescindible sin dar es una triste contradicción. Uno puede ofrecer y prometer, pero la imprescindibilidad requiere de una entrega. Y no cualquier entrega, sino de aquella que solo uno puede ejecutar.

En el inventario general de assets están aquellos que solo son susceptibles de ser recibidos, y otros que pueden ser adquiridos. Y como él carecía de los primeros, porque nadie los depositó en él, mal podría haberse hecho imprescindible a partir de semejante carencia. Comprendió entonces que debería dedicarse a los segundos, y que la tarea de adquirirlos para después poder ofrecerlos debería depender exclusivamente de él.

Ese fue el comienzo de todo: la febril acumulación para llenar el catalogo de deseos y volverse interesante, en primer lugar, e imprescindible, a largo plazo. El primer paso de un master plan vitalicio que tal vez tramara, intuitivamente, entre duraznos en almíbar y chocolatadas, catapultado por la insaciable sed de aquello que le fue negado.

Y como pocas cosas dan mayor inmunidad que la certeza de no tener nada que perder, el Gerente General es - a los ojos de muchos y especialmente los suyos - invulnerable.

viernes, 9 de diciembre de 2011



"Toi dont la large main cache les précipices
Au somnambule errant au bord des édifices,
O Satan, prends pitié de ma longue misère!"

Les Litanies de Satan. Charles Baudelaire.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Síndrome de abstinencia.



"Since I left you, mine eye is in my mind;
And that which governs me to go about
Doth part his function and is partly blind,
Seems seeing, but effectually is out;
For it no form delivers to the heart
Of bird of flower, or shape, which it doth latch:
Of his quick objects hath the mind no part,
Nor his own vision holds what it doth catch:
For if it see the rudest or gentlest sight,
The most sweet favour or deformed'st creature,
The mountain or the sea, the day or night,
The crow or dove, it shapes them to your feature:
   Incapable of more, replete with you,
   My most true mind thus makes mine eye untrue."


Soneto 113, W. Shakespeare

sábado, 3 de diciembre de 2011

Endless trains. Europa a Gullveig, sin paradas.



"...Seems, madam? nay, it is, I know not "seems."
'Tis not alone my inky cloak, good mother,
Nor customary suits of solemn black,
Nor windy suspiration of forc'd breath,
No, nor the fruitful river in the eye,
Nor the dejected havior of the visage,
Together with all forms, moods, shapes of grief,
That can denote me truly. These indeed seem,
For they are actions that a man might play;
But I have that within which passes show,
These but the trappings and the suits of woe..."


Hamlet, Act 1, scene 2. W. Shakespeare.



"El hombre sabe que hay en el alma tintes más desconcertantes, más innumerables y más anónimos que los colores de una selva otoñal... cree, sin embargo, que esos tintes, en todas sus fusiones y conversiones, son representables con precisión por un mecanismo arbitrario de gruñidos y de chillidos. Cree que del interior de un bolsista salen realmente ruidos que significan todos los misterios de la memoria y todas las agonías del anhelo" (G.F.Watts, pág.88, 1904).

 




"Si solamente me tocaras el corazón,
si solamente pusieras tu boca en mi corazón,
tu fina boca, tus dientes,
si pusieras tu lengua como una flecha roja
allí donde mi corazón polvoriento golpea,
si soplaras en mi corazón, cerca del mar, llorando,
sonaría con un ruido oscuro, con sonido de ruedas de tren con sueño,
como aguas vacilantes,
como el otoño en hojas,
como sangre,
con un ruido de llamas húmedas quemando el cielo,
sonando como sueños o ramas o lluvias,
o bocinas de puerto triste,
si tú soplaras en mi corazón cerca del mar,
como un fantasma blanco,
al borde de la espuma,
en mitad del viento,
como un fantasma desencadenado, a la orilla del mar, llorando..."



Barcarola. Pablo Neruda.



 Llamame Europa o Gullveig. Bienvenido a Europa. Bienvenido a Gullveig.

viernes, 21 de octubre de 2011



 "Charles Bukowski had a story that essentially was saying that it's the little things that drive men mad. It's not the big things. It's not World War II. It's the broken shoe lace when there is no time left that sends men completely out their minds."
Tom Waits (1983)

domingo, 16 de octubre de 2011

I.-

(Drei Dirnen auf der Straße, Otto Dix, 1925) 

El gerente general es un hombre exitoso.

Ha sido entrenado en el oficio de la evaluación de riesgos y el planeamiento estratégico. La aplicación práctica de sus conocimientos ha resultado en una indefinida concatenación de decisiones redituables. Nada ha sido fruto del azar. El ha desarrollado la inusual capacidad de vivir en el mañana. El traza y evalúa potenciales escenarios y diseña tácticas insondables.

El gerente general es un hombre adinerado.
El controla a la perfección el medio en donde se desenvuelve. Obtiene y gestiona información exclusiva. Sus resoluciones tienen la precisión quirúrgica de un bisturí. La competencia le teme y admira. El sabe hasta donde llegan los límites de lo aceptable y cruza esos límites con maestría cuando la situacion asi lo requiere.

El gerente general es un hombre de coraje.
El conoce la diferencia entre valor y precio; y disfruta con entusiasmo antropológico del proceso de tasación de seres y cosas. Participa activamente en actividades mercantiles de la mas variada naturaleza. Entiende que cuanto mayor la concesión, mayor el precio, y paga y cobra generosamente por las ineludibles renuncias y entregas que su actividad demanda.

El gerente general sabe de sacrificios.
Por cuestiones estratégicas ha decidido mantener un perfil bajo. No realiza actos publicitarios ni se expone abiertamente a las bendiciones del exito. No es que el esconda sus logros; sólo omite su promoción. El prefiere que sus aciertos hablen en su lugar. El no quiere mostrarse; el quiere ser visto. El no quiere ofrecerse; el quiere ser requerido. El entiende del influjo de la humildad planificada y de la euforia inherente al proceso de descubrimiento.

El gerente general conoce a la perfección las leyes del deseo.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Ya no será



Ya no será
ya no
no viviremos juntos
no criaré a tu hijo
no coseré tu ropa
no te tendré de noche
no te besaré al irme
nunca sabrás quién fui
por qué me amaron otros.

No llegaré a saber
por qué ni cómo nunca
ni si era de verdad
lo que dijiste que era
ni quién fuiste
ni qué fui para ti
ni cómo hubiera sido
vivir juntos
querernos
esperarnos
estar.

Ya no soy más que yo
para siempre y tú
ya
no serás para mí
más que tú. Ya no estás
en un día futuro
no sabré dónde vives
con quién
ni si te acuerdas.
No me abrazarás nunca
como esa noche
nunca.

No volverá a tocarte.

No te veré morir.



Idea Vilariño

sábado, 13 de agosto de 2011




"I must be cruel only to be kind.
Thus bad begins and worse remains behind."



Hamlet. William Shakespeare