El Corazón de Gullveig

El Corazón de Gullveig
"...Tre gånger brände de den tre gånger borna,
ofta, ej sällan, dock ännu hon lever..."


miércoles, 2 de abril de 2014


"... what would an angel say, the devil wants to know..."
Fiona Apple




(...)
Cling to their average day:
The lights must never go out,
The music must always play,
All the conventions conspire
To make this fort assume
The furniture of home;
Lest we should see where we are,
Lost in a haunted wood,
Children afraid of the night
Who have never been happy or good.

The windiest militant trash
Important Persons shout
Is not so crude as our wish:
What mad Nijinsky wrote
About Diaghilev
Is true of the normal heart;
For the error bred in the bone
Of each woman and each man
Craves what it cannot have,
Not universal love
But to be loved alone.

From the conservative dark
Into the ethical life
The dense commuters come,
Repeating their morning vow;
"I will be true to the wife,
I'll concentrate more on my work,"
And helpless governors wake
To resume their compulsory game:
Who can release them now,
Who can reach the deaf,
Who can speak for the dumb?
(...)



September 1, 1939 (fragmento). W.H. Auden.
Publicado por primera vez en The New Republic, 18 Octubre 1939.
Publicado en formato de libro en la coleccion "Another Time", 1940.




Las leyes de los hombres
intentan ordenar sus relaciones.
Disuadir y penar el impulso homicida.
Regular el tráfico de bienes.
Dosificar la bilis de la codicia.
Registrar las variantes codificadas del amor
en los antiguos cajones del registro.
No les importa si hay amor.
Porque las leyes de los hombres
custodian las formas.
No examinan ni explican
su interior.
El criminal afila la navaja.
El usurero cuenta las monedas.
Las muerde para verificar
que no son falsas.
Los prometidos violan las promesas
a las que juraron fidelidad
frente a un notario.
Se compran y se venden cueros,
hierros, telas, peces y terneros.
Se clasifican las especies del herbolario.
¿Y con eso qué?
Quiero tajear la superficie
hasta que sangre. Quiero morderla
apretando los dientes.
Sacudir sin soltar,
como un lobo que empuja y tironea
obstinadamente de su presa.
La jurisprudencia no ausculta el porvenir
sino el pasado.
La jurisprudencia es inútil
para mi empresa.
No tiene archivo lo que estoy buscando.
Tampoco tiene edad.
Mi mercancía está fuera del comercio.
Mi amor tiene la forma de la curiosidad. 



Mariel Manrique, Descartes en Holanda. Paradiso Ediciones, 2010

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